jueves, 17 de septiembre de 2020

Hiperespacial I



Con los días contados 

para la supervivencia

el delirio se aproxima

ya nada soporta el virtuo(sismo) 

deshebrado

de facto y espeluznante. 


El ritmo

no es jazz

pero suena una trompeta 

descolorida y polvorienta

que saluda

a cada transeúnte

postergado. 


Pausa, deshielo, correcciones. 


La carencia

del crédito afectivo

y los rincones para condensar

soluciones ágiles

fallan

como siempre. 


El ritmo 

no es aquel síncope

dolido

abdominal

y fogueado en bosques urbanos. 


La cadencia

es reposar

sin abrigo ante los hechos 

o escudos

contra la agresividad

de uno mismo hacia

uno mismo. 


Cortarse por lo sano

para enfermarse 

de lo ajeno

e implosionar. 


Morirse en la 

fecundidad

de los basureros

y abrazar 

a todos los fantasmas.

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